El hebreo es una lengua semítica de la familia afroasiática hablada por cinco millones de personas, en Israel (95%) y otros dos o tres millones en comunidades judías repartidas por el mundo, sumando un total de ocho millones de hablantes. En Israel, es la lengua del Estado, así como una de las dos lenguas oficiales junto con el árabe y es hablada por la mayoría de la población.
Al margen de la Biblia, el más antiguo texto escrito con alfabeto hebreo data del siglo IX adC. A esta época pertenece la estela de Moab, escrita en dialecto cananeo-moabita, en la cual Mesha, rey de Moab, describe sus triunfos contra Omri, el rey de Israel. Guarda gran paralelismo con el 2º libro de los Reyes, capítulo 3.
En la estela de la casa de David, escrita en hebreo a mediados del siglo VIII adC, conmemora las victorias del rey sirio Hazael sobre Joram, hijo de Acab, rey de Israel, y sobre Ocozías hijo de Joram rey de Judá, de la dinastía de David. Es la mención escrita más antigua respecto a esta dinastía.
El hebreo dejó de hablarse alrededor del siglo I a.C., aunque siguió utilizándose en la literatura y, sobre todo, en la liturgia y con propósitos académicos. En Palestina fue sustituido como lengua hablada principalmente por el arameo. En cuanto a la diáspora judía, sus lenguas comunes han sido históricamente sobre todo dos: el yidis entre los judíos llamados ashkenazíes (centro y este de Europa) y el ladino o judeoespañol entre los llamados sefardíes (cuenca mediterránea).