Un Mito puede definirse como un relato, pero en el caso de las sociedades arcaicas, el término designa más específicamente el relato de un acontecimiento caracterizado por una serie de rasgos, que a continuación se indican:
En primer lugar, es un acontecimiento cuyo desarrollo se considera enmarcado no en el tiempo que constituye la historia, sino en un tiempo de algún modo anterior al tiempo.
En segundo lugar, se trata de un acontecimiento considerado fundamental o explicativo, en el sentido de que constituye la razón de ser y proporciona la explicación de una realidad, natural o humana, cuya existencia es constable en la actualidad.
Por último, los protagonistas de este acontecimiento no son seres humanos semejantes a nosotros, sino sobrehumanos, Dioses en su mayoría, a veces animales, o bien hombres de una esencia particular.
Es obvio que tal acontecimiento no tiene la misma naturaleza que los acontecimientos históricos; en principio, no es menos real o auténtico que estos, pero su realidad no viene confirmada por ningún testimonio, por ningún documento, no es por tanto imaginario sino imaginado, y por tal motivo no es objeto de ciencia, sino de creencia.