Ya el primer capítulo de la Biblia nos cuenta que cuando Dios creó las diversas luminarias del cielo - el sol, la luna, las estrellas su intención era que estos astros sirvieran para indicar la marcha del tiempo: "Para distinguir entre el día y la noche, y que sean por señales y fechas, para días y años" (Bereshit - Génesis 1.14).
Más tarde fue creado el hombre, y desde aquella lejana época hasta el presente, se cumple al pie de la letra ese propósito divino: la medida del tiempo y la división... Continuar leyendo